No es una frase elitista ni mucho
menos. No es que los que hacemos mantrailing, pensemos que somos unos
privilegiados (yo entre ellos, claro, je, je...) y que los demás no lo son. En
absoluto.
Pero sí que hay una razón
importante por la que mucha gente abandona el mantrailing y es interesante
saberla: el CONTROL (o en este caso, la necesidad de NO ejercer el control).
El mantrailing, a diferencia de
otras disciplinas con perro, es muchas veces un acto de fe y de confianza en
nuestro perro.
Nosotros le explicamos qué tiene
que hacer, le enseñamos una rutina de trabajo, buscamos una recompensa que lo
motive a trabajar.... y una vez hecho esto, cuando le pedimos que siga el
trail... tenemos que dejarle hacer su trabajo interfiriendo lo mínimo posible.
Al fin y al cabo, él es quien tiene nariz y quien sabe cómo “cazar”. Nosotros
únicamente tenemos que seguirle y –importantísimo!- leer todos los movimientos
que hace para saber si tiene trail, por dónde va, etc. (Recordad que nuestro
trabajo es obtener información).
Como veis, una vez el perro conoce su trabajo nosotros tenemos
que confiar en él, seguirle y observarle. Nada más (...y nada menos!).
Y esto no es naaaada fácil. Mucha gente necesita controlar
las cosas, saber exactamente que el perro va por donde ha pasando el figurante,
pues eso les da una certeza, una sensación de seguridad. Se dedican a observar
si el perro pasa exactamente por donde ha caminado el figurante en lugar de
observar si el perro está siguiendo la estela de partículas del trail, que es precisamente
lo que deber hacer un mantrailer.
Si controlamos demasiado al
perro, si le influímos con la correa, si con nuestro cuerpo sin querer le “llevamos”
hacia donde va el trail... Vamos a hacer un perro débil, un perro que va a
pedirnos ayuda constantemente porque sabrá que nosotros le llevamos.
Si nuestro perro deduce que nosotros sabemos por dónde va
el trail, estamos perdidos... porque va a pretender que le ayudemos a seguirlo.
La gran dificultad de este método es que para leer al
perro tenemos que hacer muchos trails conocidos con los que aprenderemos cómo
se comporta nuestro perro cuando pierde el trail, cómo trabaja cuando hace
viento, cómo resuelve las dificultades que aparecen durante un trail, etc...
Durante esta etapa de la formación debemos intentar NO INFLUIR al perro con nuestro
cuerpo, etc, para no condicionarle.
Una vez sepamos leer bien a
nuestro perro tenemos que hacer trails ciegos (y más adelante dobles ciegos) de
vez en cuando para aprender a confiar en él.
En el Método Kocher se habla de un 80% de trails conocidos y un 20% de trails ciegos o doble ciegos.
Y aquí, amigos, vienen las
dificultades! Quien más, quien menos, todos hemos pasado por aquí. Recuerdo que
yo al principio mientras hacia un trail buscaba al figurante con la vista,
dejando incluso de mirar al pobre Rodri que, él si, seguía el trail con su
olfato como tiene que ser.
Yo, que peco también de ser
bastante controladora, a día de hoy sigo trabajando duro para no influir en mi
perro, para permitirle trabajar libremente, haciendo sus negativos, sus medias
lunas, sus círculos, sus recortes, etc... para que siempre sepa que confío en
él y que le sigo hacia donde me lleve.
Así intento construir un perro
mentalmente fuerte, que conoce su trabajo, que sabe que él es quien va delante
y que yo confío en él para llegar hasta la persona que buscamos.
En eso estoy!
Totalmente de acuerdo!! !! !!
ResponderEliminarQuizas para mi, lo más díficil del Mantrailing, sea aprender a leer a tu perro, confiar en el y no influirlo con la correa, con el cuerpo, etc.....
Tienes toda la razón! Y es también lo más apasionante.
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