Hace dos
días recibimos la noticia el gran trabajo que realizó Cali, la Bloodhound de
Francisco José Pérez, de AEA (Ayuda en Emergencias Anaga), en las Islas
Canarias.
Por desgracia la persona fue hallada sin vida.
Esto me hizo
reflexionar porque en varias ocasiones me han preguntado si los perros de
mantrailing pueden encontrar persones fallecidas.
Y la
respuesta es que si, por supuesto. Porque los perros de mantrailing siguen las
partículas de olor de una persona que se desplaza (normalmente a pie) y es
evidente que la persona mientras “traza” su trail está viva y desprende
partículas que el perro, efectivamente, sigue.
Otra cosa es
lo que el perro encuentre al final del trail.
No voy a
entrar en detalle porque no soy una experta en el campo de los RH ni mucho
menos, pero he aprendido algunas cositas participando en formaciones con
grandes instructores no solo de mantrailing sino también de la especialidad.
La cuestión
es que pasado un tiempo del fallecimiento el olor de la persona empieza a
cambiar y cuanto más tiempo pasa más se aleja del olor original de la persona.
El caso de
esta semana en Canarias no es raro. Puede suceder, por desgracia. Por eso es
muy importante que los guías de mantrailing que tienen perros operativos (o en
formación para serlo) entrenen esta situación para ver cómo reacciona su perro
frente a este escenario.
En
mantrailing, cuando el perro está siguiendo el trail y se acerca a la fuente de
olor normalmente hace lo que llamamos una alerta de proximidad: acelera el paso
y empieza a levantar la cabeza venteando en el cono de olor hasta dar con la
persona.
Cuando la
persona al final del trail està fallecida el olor que emite es distinto, como
ya hemos comentado, y cada perro puede reaccionar de una manera distinta.
- Hay perros muy sensibles que cuando se acercan y empiezan a oler a la víctima puede que muestren dudas e incluso se nieguen a acercarse.
- Otros perros tendrán curiosidad y se acercarán sin problemas.
- Otros puede que incluso marquen un final de olor.
Por eso es
importante entrenar esta situación para aprender cómo reacciona nuestro perro,
ya que en un caso real únicamente podemos confiar en nuestra capacidad de
leerle perro para intentar entender qué está pasando.
Sería
terrible que viésemos que el perro duda, pensásemos que se ha perdido y lo
retirásemos cuando en realidad lo que le pasaba es que el trail le estaba
llevando hacia una fuente de olor “extraña” y eso le desconcertaba.
En el libro El Método Kocher hay un capítulo en el que se explica un ejercicio para entrenar esta situación: el ejercicio del cadáver en el árbol.
Para ser realmente eficientes tenemos que prepararnos para cualquier eventualidad que se nos pueda presentar durante el trabajo y este es otro componente más que hay que entrenar.
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PS. Evidentemente,
estos escenarios solo los pueden preparar los profesionales.