Cuando hago mantrailing uno de los momentos que más me
gusta es el momento de vestir al perro, es decir, ponerle el arnés para
prepararnos para trabajar.
Pongo a mi perro delante del artículo de olor y me pongo a
horcajadas encima suyo para vestirle. Dejo la correa en el suelo a un lado,
empiezo a ponerle el arnés lentamente y mientras lo hago le acaricio y le hablo
en voz bajita, siempre las mismas o similares palabras:
¡Guapo mi nene! (O guapa mi
nena cuando el trail lo hace Happy, claro, je, je...)
¿Qué vamos a hacer?
¿Vamos a trabajar?
¡Otra vez se ha perdido!
¡Caray, siempre se pierde!
¿Vamos a encontrarle? ¿Si? ¡Es
muy importante! ¡Hay que encontrarle!
¿Vamos a hacerlo tu y yo
juntos? Siiii.... ¡Claro que si!
... Y otras cosas que no voy a desvelar aquí, ehem...
De hecho no es importante qué
decimos, sino cómo lo decimos. No hay que recitar unas palabras de memoria, sino
decirlas sintiéndolas de verdad. Tenemos que “estar presentes” en ese momento:
acariciarle, hablarle (con energía para activarlo si está un poco bajo o
suavemente si no queremos excitarle demasiado) para que se prepare, se
concentre en lo que va a hacer y sea consciente de que somos un equipo, estamos
juntos y vamos a hacerlo juntos.
Es nuestro momento, como el
momento en que los atletas, por ejemplo, se preparan para una carrera y buscan
dentro suyo ese silencio, esa concentración y esa motivación que les va a
llevar a hacerlo lo mejor posible.
En el Método Kocher a esto le
llamamos Pep-Talk (Charla Motivacional).
Tenemos que usar estas palabras
desde el primer momento, desde el primer trail. En los Trails con Motivación
esta charla empieza cuando vestimos al perro y continúa cuando el figurante,
después de haber motivado al perro, se aleja y lo perdemos de vista (¡Oh,
no! ¿Dónde ha ido? ¿Se lleva nuestro premio! ¡Tenemos que encontrarle!),
creando así en nuestro perro las ganas de encontrar a ese figurante que... ¡Se ha
ido con el premio!
Haciendo esto, cuando el trail
sea un Inicio con Artículo de Olor en el que el figurante no está presente en el momento de vestir al perro (Sería el caso de un servicio real) el hecho de usar los
mismos gestos, movimientos y palabras va a servirnos para motivar al perro y
prepararle para el trabajo al que se enfrenta.
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Mi perros disfrutan mucho este
momento y se nota. Saben el trabajo que les espera, tienen ganas de empezar: Mueven a cola alegremente, levantan la cabeza, me miran mientras les acaricio... Es nuestro momento.
No importa cuánta gente tengáis
alrededor y os esté mirando. Sois un binomio y éste es vuestro momento.
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NOTAS PRÁCTICAS:
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Los motivos por los que nos ponemos encima del perro para
vestirle son los siguientes:
Sujetando firmemente (sin apretar) al perro por la zona de la penvis entre nuestras piernas tenemos mejor control de un perro muy nervioso o sobre-excitado al tiempo que evitamos, en los trails con motivación, que el perro se gire para buscar al figurante con la vista.
En esta posición podemos usar las dos manos para desenredar y preparar la correa sin temer que el perro se mueva.
Si estamos encima de él en el momento de pedirle que empiece a trabajar, no nos movemos y dejamos que empiece él a moverse, nuestra posición es neutra y no influye en el perro a la hora de empezar (nuestro cuerpo no indica ni derecha ni izquierda... Nada de nada).
- Hay perros a los que puede no gustar que os pongáis encima. Es
una posición que se debería entrenar fuera del mantrailing para que el perro se
encuentre cómodo en ella.
- Si definitivamente no le gusta, cuando vistáis al perro
simplemente buscad alguna cosa que haga de pantalla para que no se gire: un
coche, unos árboles, una pared, una esquina... En estos casos aseguraos cuando
dais al perro la orden de empezar a trabajar de que vuestro cuerpo no les está
indicando la dirección en la que tienen que ir. Recordad que los perros son
grandes lectores del movimiento corporal y captan hasta los gestos más sutiles
que hacemos inconscientemente. NUNCA debemos influir a nuestro perro!
- En perros de tamaño pequeño nos podemos arrodillar a un lado
para sujetarlos sin tener que inclinarnos demasiado.